Un book familiar en el campo siempre me ha parecido la mejor manera de conseguir fotos naturales y simpáticas. Es evidente que el campo ofrece un entorno relajado, que además gusta a niños y mayores generalmente, es muy fácil desconectar del día a día y entrar por unos momentos en disfrutar de lo que la naturaleza nos ofrece.
Para esta sesión familiar volví a contar con algunos de mis rincones favoritos, y como a primera hora de la sesión el sol estaba aún un poco alto, comenzamos por un precioso paseo por el interior del bosque donde esta se filtraba entre las copas de los árboles.
Cualquier lugar era bueno para sentarnos a jugar con las ramas o con las piñas, mientras continuábamos con nuestro paseo tranquilamente, las fotos van viniendo a la mente sin apenas tener que despegar el ojo del visor, acabo siendo un mero espectador casi invisible a los ojos de los verdaderos protagonistas, en este caso lo mas peques, eso hace sin duda que se muestren desde casi el primer segundo tal y como son y no necesiten mucha práctica.
Según el sol va cayendo sobre el horizonte, es el momento de salir al exterior y disfrutar de la luz acariciando las orillas del embalse, y cómo no, jugar con las piedras a hacer ranas contra la superficie del agua, y así, poco a poco, va llegando el atardecer y con él el final de otra sesión en la que como siempre he disfrutado viendo como los demás también lo hacen delante de mi cámara y mas tarde cuando les envío las fotos en pocos días. El resultado lo tendréis que juzgar vosotros mismos.


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