
La madre de Sofía había contactado conmigo a través de una amiga en común, me contó las ganas que tenía su hija de hacerse un book personal, estaba ilusionada con la idea de poder tener unas fotos suyas y quien sabe si presentarlas en alguna agencia de publicidad.
Había decidido que si era algo que deseaba con tantas ganas, sería un buen regalo de sus padres, dicho y hecho . . .
Les expliqué la importancia de quedar muy pronto para poder gozar de una buena luz, al principio todo indicaba que el tiempo iba a ser malo y que nos íbamos a ver forzados a comenzar en estudio, pero en cuanto llegaron vimos que había una oportunidad, así que cambiamos el plan para comenzar por exteriores en pleno campo.
Desde el primer momento me di cuenta de que Sofía se lo iba a tomar muy en serio y estaba dispuesta a trabajar, se metió mucho en el papel, realizamos diferentes cambios de estilo y al final con suerte pudimos aprovechar varias horas de luz.
Fue un placer encontrar a alguien que demostró que sus ganas eran muy ciertas.


